martes, 1 de agosto de 2017

¡Bruja!


Quería comenzar mi post con algo como sacado del diccionario, busqué en varias fuentes (incluyendo Wikipedia) la palabra BRUJA, y me encontré con muchísimas definiciones, desde asociación con la magia, de dónde viene la palabra y lo que supuestamente significa, también en la RAE hablan de personas que tienen asociaciones con el diablo o que "supuestamente" tienen poderes adivinatorios, o sea para serles franca el replicar esas cosas me parece de mal gusto pero sobre todo es como seguir preservando esa idea que claramente tiene raíces de desconocimiento y miedo, porque en realidad el miedo es desconocimiento. 

Ya les he platicado que yo crecí rodeada de esos conceptos, las limpias, las hierbas, el mal de ojo, el empacho (que ya va a salir un libro donde científicamente comprueban que el masaje de empacho está asociado a meridianos del cuerpo que desintoxican y movilizan los intestinos y a la acupuntura, pero bueno, eso luego) y de alguna manera me es mucho más sencillo integrar esos conceptos a mi vida, y a pesar de que durante mucho tiempo me olvidé francamente de todo eso, siempre estuvo ahí.

Es común en lugares como Salvatierra (de donde tengo raíces) escuchar las leyendas de las brujas, de esas bolas de fuego que andan en los cerros danzando, esperando que todos se vayan a dormir para empezar a cazar almas inocentes, de enterarte que Don Pancho se volvió alcohólico porque su ex lo cachó con otra y lo amarró y lo aventó en una botella de aguardiente, de las brujerías en general. Pero analizando la verdad es que existe un placer culposo en todos por querer saber más y a la vez no, por miedo, por la certeza científica o mental de que esas cosas no existen; y honestamente creo que la religión tiene bastante que ver en esa difamación generalizada que se ha hecho hacia las brujas. Y aquí tampoco quiero como generar polémica, existe como siempre la dualidad, existen personas dedicadas a hacer algún tipo de daño a otros, pero esa es otra historia, algo que puedo reconocer sin juicio, respetar y honrar, porque también tiene su chiste, también implica mucho trabajo, también son canales, también son parte del todo, y también están recorriendo este camino de aprendizaje y hacen su aportación. 

En pocos o ningún tipo de leyenda, cuento, historia, artículo se menciona la influencia de las brujas en las sociedades a través de la historia, de su capacidad de curar el cuerpo y el alma, su energía que emana empatía, calidez, carentes de juicio, capaces de ver entre velos dimensionales, libres para elegir nuevos rumbos, caminos, carentes de apegos, llenas de olor a tierra, hierbas y luna. 

Cuando empecé a estudiar toda esta onda energética, a conocer el Tarot, las religiones, pero sobre todo cuando comencé a estudiar Magia como tal (y a la fecha) mucha gente a mi al rededor comenzó a cuestionar, ya ven que nos encanta estar de metiches, que si de verdad creo en esas cosas, gente se burló en mi cara y a mis espaldas, hubo quien se alejó "que miedo la bruja", pero sobre todo llegaron a mi vida personas que también eligieron recorrer este camino y que tienen historias que cada una podría escribir un libro, ahí luego si se dejan les hago mínimo una entrada a cada una.

Total que hoy estaba en un aquelarre, o como solemos llamarle, desayuno de amigas para que no se oiga tan fuerte. Todas las que estábamos ahí hemos de alguna forma u otra experimentado la magia en nuestra vida, y también hemos pasado por experiencias complicadas, retos, vivencias fuertes, enfermedades, crisis, juicios, retos y pruebas que muchas veces nos han hecho dudar de lo que somos, y por que así lo decidieron nuestras almas nos encontramos acá de nuevo... y de repente surgió la pregunta: ¿qué es una bruja? y yo para variar, observé. Revisé cautelosamente las reacciones de todas, las palabras que brotaban de cada una eran algo que construyó algo mágico: amor, autoconocimiento, conexión, no juicio, fuerza, sabiduría. En ningún momento alguien dijo: diablo, hechizos malvados, conjuros, sangre de niños pequeños... y entonces se cerró el tema, sacamos los oráculos y empezamos las lecturas y los consejos, el café, el pastel, las risas fuertes, las lágrimas y nos dedicamos a tratar de entendernos mejor. 

Lo que no se expresó con palabras pero si en el ambiente fue algo así como: una bruja (o brujo) es una persona conectada consigo misma, una persona capaz de reconocer y honrar sus emociones, capaz de reinventarse después de haber sufrido, gritado, llorado y entendido que es momento de seguir caminando, es alguien que conoce de plantas y árboles, y tierra y sol, de agua y mar, de bosques y piedras, porque los ha reconocido dentro de su propio ser, es alguien que se levanta y antes de abrir los ojos agradece la vida, y escucha hablar el viento, y los árboles, y se descalza para sentir la energía de la tierra y sincronizar sus latidos a ella, una bruja desborda compasión, porque sabe que el camino es largo, los aprendizajes constantes y la humildad un requisito, una bruja es capaz de entrar en tu cabeza por tus ojos y con su escoba barrer y barrer hasta que tu luz comience a brillar y te permitas reconocerla y sentirla, una bruja es humana, más humana que nadie, llora como nadie, grita como nadie, se enoja como nadie, ama como nadie, porque sus emociones están a flor de piel, porque no se limita, porque se permite ser libre, una bruja no miente, es honesta, es directa, una bruja siempre va a tratar de aportar algo a tu vida, un consejo, un costalito o botella mágico, una vela, es esa persona que despierta preocupada por el sueño de la noche y envía luz y energía para aquellos que soñó, una bruja es alegre y su risa puede hacer que brillen más los colores, pero su tristeza puede hacer granizar. Una bruja es capaz de amar tanto y tan fuerte porque sabe que el amor es la fuerza más poderosa del universo, y que en medida que se ame, se acepte y se respete esa energía se desborda y se imprime en el Universo y todos los que habitan en él, una bruja no se daña y en esa medida no daña a nadie, una bruja busca dentro de sí las energías correspondientes para poder enfrentar cualquier situación, y sabe reconocer cuando se equivoca, y escribe y quema todo lo que deba ser quemado. Una bruja no va a la Iglesia, y no porque eche humo o le gire la cabeza, o porque no crea en Dios; si no porque ya lo encontró justo adentro de ella, y ahí se pone a tomar café, y le dice lo que siente, y a veces se enoja con él y otras veces lo abraza, porque tiene la certeza de su presencia Divina, de su amor incondicional, y sabe que es equilibrio.

Desde que comencé en esto, me he dedicado a contarles que la experiencia de la magia es un camino de autoconocimiento que implica enfrentarse a demonios internos y seguramente de ahí se agarraron para decir que haces pactos con el diablo, y en realidad, así como Dios o el todo o como le llamen vive dentro, pues también el otro brother y cada quien alimenta el que más le suene y le sirva, entonces, de alguna manera se aprende a reconocer los demonios internos y se les da cabida sin juzgarlos, aprendiendo a vivir con ellos y abrazarlos, porque a veces lo único que necesitan es un apapacho. 

Alguna vez platicando con una gran bruja que conozco que ha atravesado infiernos en esta tierra y salido revolcada pero viva y más sabia, me decía que siempre en los cuentos hay una bruja, que es la antítesis de la princesa que debe ser salvada, es esa mujer poderosa llena de magia y hechizos, sola, mandona, que busca apoderarse de la princesa en cuestión para lograr algo y que en realidad cualquier mujer que tenga esas cualidades en realidad si es una bruja, sabe qué quiere, cómo lo quiere y a dónde va, claro... exagerado para que te de miedo y la rechaces, pero en realidad no puedes rechazar algo que vive en ti, eso es solo ilusorio. Todos estamos en un camino de aprendizaje, algunos lo hemos elegido más abiertamente y hemos dedicado toda o parte de nuestra vida al servicio de la comunidad, y hay otros que simplemente lo hacen como un trabajo personal, cada vez que enfrentas un miedo, que transmutas alguna emoción, cuando reconoces que vas por un camino que no te late y decides cambiar, cuando te amas más a ti que a nadie más, cuando decides que si quieres hacer y tener en tu vida, cuando sabes tu poder, cuando no te vendes, cuando te eres fiel, cuando te vale lo que los demás dicen de ti, cuando te demuestras a cada instante que eres más y que puedes inventarte de nuevo si no te gusta, estás haciendo magia, y cuando además de eso contribuyes al Universo de manera consciente, te tengo noticias, eres una bruja.

Así que sin ganas de pelearme con la historia, ni de cambiar las manipulaciones secretas de poder sobre las mentes, quisiera solamente decir que las brujas somos eso y somos más, y a veces en la sombra o a veces en la luz nos reconocemos, honramos y avanzamos. Estoy segura que la mayoría de la gente nos encasilla como Madame Zazú, porque le "atinamos" a lo que decimos, porque nuestros mensajes son certeros, porque tenemos tarots, porque tenemos oráculos, porque presentimos o vemos cosas que otros no, pero en realidad todo eso lo puede hacer todo el mundo, pero lo hemos olvidado, hemos olvidado que estamos hechos de tierra y de polvo de estrellas, que por nuestas venas corre la sangre como el agua por los ríos, que nuestros pensamientos son vientos ligeros o tornados, que nuestro espíritu es ese fuego que nos mueve, que estamos conectados a todo y a todos, que somos todo y nada, que vamos avanzando y que ya no estamos para tener miedo de lo que nuestros ojos humanos no alcanzan a ver. 

Hace unas semanas puse una promoción en FB de una lectura de tarot con mensaje de ángeles. Esos posts son de los que menos "likes" tienen, comparado con los mensajes gratuitos que doy a veces o mis locuras que comparto, sin embargo el impacto es brutal, mi inbox y whatsapp se van llenando de personas que me piden ser discreta y me piden una lectura. Yo no juzgo, antes era por las noches entre cabañas y mensajeros en papel, atrás de las iglesias y de los templos; la historia es igual, acudimos en secreto a buscar respuestas que nuestras almas y mentes necesitan para seguir, necesitamos esa certeza, esa magia, esa luz, necesitamos de una bruja o curandera, una sanadora, un canal, necesitamos que alguien nos recuerde que somos dueños de nuestros destinos, creadores de nuestras vidas y que si para que eso suceda se debe seguir la tradición de hacerlo en secreto, que así sea. 

No me ofende que me digan bruja, ni que se rían de mi o de mis creencias, al contrario, es un orgullo saber que empecé a dar pasos conscientes, que pertenezco a ese grupo de personas que desde su perspectiva y conocimiento pueden dar curiosidad por las cosas que hacen, que pueden sembrar una semilla de luz que ayude a las personas a recordar qué son y para qué están aquí, para que duerman tranquilas o reafirmen que van bien; y estoy segura que a estas mujeres y hombres que me reencuentro en el camino con esa misma mirada y risa fuerte tampoco les importa, porque nos reconocemos, porque estamos concentrados en seguir, en entender más, en conocernos más, en aportar más, desde el alma, con la certeza de que en otras vidas y otros tiempos también lo hicimos ya, y que no estamos solos, que venimos a reencontrarnos aquí y ahora, para seguir recordando y seguir aprendiendo, porque hay vínculos que van más allá de la sangre, que nos unen, que nos llaman, mientras nuestras almas danzan al ritmo que va marcando el Universo con olor a café, a lluvia y a recuerdos. 



jueves, 1 de junio de 2017

Ser "espiritual" (así es, desde mi perspectiva).


Tenía tiempo tratando de escribir esto, porque creo que existen muchísimos mitos y cosas al rededor de lo que es ser espiritual. Honestamente no cuento con tantos estudios ni cosas que me avalen como para hablar de espiritualidad, siento que me encuentro en el camino y he aprendido y entendido lo mínimo como para atreverme a hacerlo, y pues ya está.

En realidad, pasé los últimos 15 años de mi vida tratando de "pulir" a la Adriana que era para convertirme en algo diferente, esa imagen de persona más centrada, más calmada, con voz serena, con la mente quieta, esa gente que camina por la calle y los árboles la saludan, personas que están en paz con el mundo, y cosas así padres de las películas, pero pues la verdad es que lo llevo fatal. ¿Por qué? bueno, pues en primera porque no me da la vida para hacer mis 3 meditaciones diarias, comer orgánico, cantar mantras tibetanos y hacer yoga (y porque no creo que eso en realidad sea lo que te "ilumina", si no una moda padre que hace sentir mejor a quienes la siguen) y en segunda porque durante estos años he aprendido algo que al menos a mi me funciona: ser espiritual es ser tú, estar en contacto con lo que eres y sentirte cómodo con eso. En realidad eso implica que... la Adriana compasiva, humilde, graciosa, atenta, amorosa, cálida y servicial DEBE darle la mano a la Adriana enojona, peleonera, gritona, poco tolerante, egocéntrica, sangrona, criticona, burlona y chismosa Y no solo eso, si no que también deben caerse bien. Y créanme que lograrlo cuesta y mucho, yo no he podido mantenerlo, de repente veo la luz y de repente me empiezo a pelear con eso de nuevo. ¿Por qué? Pues porque nos han enseñado que debemos ser solamente la parte más luminosa de nuestro ser y alcanzarlo a través de herramientas milenarias o no tanto, pero por fortuna para algunos y desgracia para otros, al tener un cuerpo físico, la cosa cambia y tenemos entonces una bola de cosas empezando por el ego que aparecen y sentimos que debemos trabajar para ser mejores. 

Es decir, todo se resume a que los "espirituales" deben ser personas muy centradas, en postura de montaña, con sonrisa, y sus vidas deben ser perfectas, sus palabras sabias, sus corazones rebozantes de amor y sus pensamientos positivos, pacíficos y sobre todo suaves y ordenados. En el tíbet igual hay algunos cuantos, pero en la realidad, pues las cosas cambian. 

El otro día platicaba con una amiga a la que le doy terapias cada semana, un caso espectacular, ya si me deja, luego les cuento su historia... pero por hoy me limitaré a citarla: "no tengo ganas de meditar ni de estar contenta, quiero estar enojada, y no puedo porque siento que la gente espera otra cosa de mi..." y me identifiqué perfecto con ella. La respuesta que me salió en automático, no se si me la dictaron, o la dijo esa parte de mi que se identificó fue: "deja de comprarte lo que la gente define sobre como debes ser". Y eso nos llevó a que me dijera que había una parte de mi que le causaba "ruido", es decir: ¿cómo esta mujer que viene y me habla del Universo, la expansión, la vida postea en FB cosas irónicas, enojadas, o se muere de risa de los demás, dónde está lo espiritual, que es esa dualidad?" y estoy que se los firmo que esa impresión tiene la mayoría de la gente de mi. 

Hace como 2 años estudié para Angeloterapeuta, y a los pocos meses comencé mi curso de Magia Natural. A mi se me hizo un paso "lógico", o sea, energía, Universo, buena vibra... pero más de 1 personas me dijo que cómo estaba metiéndome en cosas del diablo si ya había empezado con los ángeles. Total que (para variar) ignoré los comentarios, y comencé un camino increíble de auto conocimiento y aprendizaje, y mi alma se volvió más plena y feliz. Hay millones de maneras de contactar con lo que somos, de sanar. Hay quienes me dicen es que necesito un angeloterapeuta que me diga lo que mi angel me quiere decir sobre equis o y tema... es que fulano es super bueno porque te dice tal cosa, o te traduce equis o y, o el oráculo. Y está padre, a mi me gusta que la gente que va conmigo se de cuenta que no necesita intermediarios si lo que busca son mensajes. En mi experiencia acudimos con personas que nos ayudan y guían para descargar, retomar y continuar; pero en mi experiencia también, buscamos gente "espiritual de verdad", gente a la que no vemos reir o llorar, gente que no sabemos si le mentó la madre al del micro que se le cerró, buscamos (o suponemos) que sus vidas son perfectas, porque eso es lo que buscamos en nosotros. Pero eso, no existe. Porque lo que alcanzamos a ver o saber de ellos es solamente lo que es permitido en una relación terapeuta/paciente, lo cual es mínimo, y está bien, pero, estar en este rollo implica compromiso, implica sanar primero TÚ, implica echarle ganas todos los días para ser una mejor versión, o no, y vivir en paz con eso, implica conocer tus demonios y abrazarlos, y para conocerlos hay que liberarlos. 

La verdadera gente espiritual es gente normal. Gente que se ríe fuerte, y que llora más fuerte todavía, gente que es capaz de mostrarse tal cual es, porque se acepta y reconoce de tal forma que no le importa mostrarse vulnerable, la verdadera gente espiritual no tiene vida perfecta, es gente que le tupe todos los días, es gente que sonríe a quien lo necesita, ayuda a quien lo solicita, gente que escucha y ayuda, que regala abrazos, comida, momentos. Claro que si además de eso levita y no come desde 1995 y viste de blanco impecable y habla con toda clase de seres cósmicos, pues chido! pero vivimos una realidad donde nos topamos con gente "espiritual" todo el tiempo, solamente que nuestros juicios y conceptos nos llevan a buscar falsos ídolos que sean mejores que nosotros, para que podamos confiar en que nos pueden ayudar de alguna manera. 

La gente espiritual es congruente, es honesta, es directa, porque su camino tal vez no haya sido sencillo y sabe que no está para seguir permitiendo cosas que los alejen de lo que son. La gente espiritual está en paz con la vida, y vaya que la vida les ha soltado bastantes chingadazos. Esa es la gente que debes buscar, es la gente que no vive desde el ego de "saber más" o haber recorrido un camino equis, o meditar en un segundo, o que te vende su estilo de vida como si fuera mejor que el tuyo. La gente espiritual va aprendiendo, va observando, evolucionando. No solamente comparte frases lindas de superación y autoayuda, las vive. No comparte juicios, es tan valiente que puede echar a la basura todas sus creencias y su concepto del deber ser y volver a inventarse. 

Así que si, desde mi perspectiva, se vale echarle ganas, ser mejor, soltar cosas, pulir otras, pero también se vale disfrutar, se vale ir a tomar tragos, bailar, reir, cantar, se vale no querer meditar, se vale pelear, se vale ir a volar con ángeles y regresar montando dragones; porque de eso se trata el viaje, de sumar a tu experiencia, de aportar lo que tengas que aportar y de divertirte en el camino. 

Si, doy terapias de sanación y si, veo netflix comiendo papitas, me enojo mucho y grito de repente, hablo mucho con Dios últimamente, y tengo miedos, y temas no resueltos, cosas que trabajar y cosas que elijo no trabajar, tengo un cuerpo que a veces se cansa, o se enferma, trato diario de ser una versión más apegada a lo que soy, a veces lo logro y a veces no. Tal vez eso suene incongruente, o tal vez lo sea, pero definitivamente esta dualidad es lo que hay, es lo que se acepta y es lo que se comparte. 

Así que la próxima vez que creas que tu maestro de yoga nunca le da diarrea, o que tu guía de meditación jamás se enoja, te invito a revisar tus conceptos, a atreverte a disfrutarte, porque en realidad todos somos espirituales. Ese momento de plenitud que tienes cuando acabas de terminar una carrera, tu rutina de ejercicio, cuando lograste hacer eso que tanto trabajo te había costado, cuando eres capaz de verte al espejo a los ojos y sonreir, ese instante cuando el de la combi te sonríe y te deja pasar, esa sensación cuando ves el cielo, cuando estás frente a una pintura maravillosa, ese primer trago de café en la mañana, ese abrazo, ese beso, esa manita (o patita) que te despierta, la sensación del agua cuando te bañas, esa mordida de tu postre favorito, ese segundo donde te permites sentir (te), eso también es ser espiritual, porque estás siendo tu en su máxima expresión. 

Y si me equivoco, pues ya estaré repitiendo año, porque lo bailado, lo reido y lo peleado nadie me lo quita. Aho.

miércoles, 19 de abril de 2017

El costo de la libertad laboral.


Últimamente varias personas me han contactado de manera privada para compartirme que están a punto de renunciar a la vida corporativa o a una empresa en la que llevan años y empezar de nuevo en otro lado, haciendo otra cosa, un nuevo negocio o rumbo. Muchos me escriben para pedirme algún consejo sobre cómo sobrellevarlo, y muchos me felicitan por haber tomado la decisión que tomé.

Mi respuesta, con algunas variaciones, es la misma casi siempre: no es fácil. No es fácil porque socialmente estamos muy amaestrados, estamos demasiado enganchados con nuestra zona de confort, con lo seguro, con la quincena, el bono y el aguinaldo, pero también tenemos miedo.

De acuerdo a muchas disciplinas energéticas que he tenido la oportunidad de conocer, el miedo es lo peor que te puede pasar, porque el miedo paraliza. Es una fuerza mas o menos conocida que se va apropiando de tu mente, de tus emociones, de tu cuerpo. ¿A qué le tiene miedo la gente que no es feliz en su trabajo y no renuncia de una vez por todas? UFFF!! Pues a todo! Uno de los miedos más profundos claro, es el sustento. Es básico, lo dijo Maslow. Quiero aprovechar para hacer un paréntesis, porque si bien yo tomé la decisión de saltar, siempre he tenido a mi patrocinador oficial, Alejandro me ha apoyado en todo y ha metido el hombro en la mayor parte de los gastos de la casa, y eso OBVIAMENTE es un gran paro. Pero ¿qué pasa si no tengo un Alejandro que salga al quite? Para eso se requieren dos cosas básicas: saber a dónde voy y contar con un colchón financiero que me permita mantenerme a flote (comiendo, pagando hipoteca o renta, coche, darme mis gustos de vez en cuando) por lo menos 3 años, ya de perdis 1.

Desde que yo me di cuenta que no era feliz, me dediqué a guardar y ahorrar algo, lo que fuera, para poder tener un tiempo dándome un estilo de vida lo más similar al que tenía en mi último trabajo, con mi último sueldo. Debo decirles que esto no es fácil, porque hay gastos que no prevemos (en mi caso, por ejemplo el de un hijo). En cuanto tomé la decisión de renunciar, comencé a liquidar y cancelar tarjetas de crédito, empecé a bajar la deuda y establecer claramente que si y que no. Por ejemplo: SI a lo NECESARIO, NO a lo que puede esperar. No se trata de volverte un amarrado que no compra nada o no va ni a la esquina, o no viaja, se trata de ELEGIR. A pesar de todo esto, la angustia de ver que ese colchón va bajando es terrible. A la fecha, y lo platicaba con un amigo el otro día, me cuesta trabajo ir ajustando mis ingresos y mis gastos, y cuando me preguntan qué es lo que más extraño del mundo laboral sin duda respondo: mi aguinaldo, mi prima vacacional, el bono, la quincena y el coche.

Pero eso JAMÁS debería ser un freno para decidir seguir adelante con los sueños y los planes, porque ahí es donde entra la otra parte: ¿A dónde voy? Ya no me gusta esta empresa por x o y razón, pues me muevo! Busco algo donde si me sienta feliz de Godinear. Ya no me interesa el mundo corporativo, me voy a independizar. Sea como freelance, innovador, microempresario, mimo o terapeuta transpersonal, necesitas UN PLAN. Yo empecé a tomar cursos, certificarme y prepararme desde antes de dejar de trabajar, estudié disciplinas que me ayudaron a sanar primero y que siempre supe que me ayudarían a sanar a otros, y decidí que cualquier cosa, de ahí podría sacar para sobrevivir. Es decir, si quieres renunciar para poner una fonda de carnitas, pues te invito a prepararte y tomar cursos sobre como hacer carnitas, y practicar, y fallar, y equivocarte, y a buscar el nombre, el logo, el lugar, tal vez un socio, hacer tus proyecciones, buscar proveedores… accionarte, y hacerlo desde un lugar seguro, en un escenario ideal, la empresa donde hoy estás te está patrocinando, usa tus tardes y noches y fines de semana para alimentar y gestar TU PLAN. Estando de este lado he visto muchas historias de éxito de personas que saltan, pero también he visto quienes después de intentarlo un tiempo descubren que faltaba algo más, y vuelven al mundo corporativo.

Esto nos da pie al Miedo ·2: FRACASAR. Nos aterra fracasar. A mi me aterra pensar que en algún punto tenga que agacharme y regresar a trabajar a un mundo corporativo donde sé que claramente no soy feliz. Pero y si tuviera que hacerlo… ¿qué pasaría? Pues en realidad NADA. Nos da tanto miedo fracasar que preferimos no intentar. ¿Qué va a decir mi familia? ¿Y mis colegas? ¿Y mis conocidos con acceso restringido en Facebook? Que soy un perdedor, un mediocre, un conformista… Es que ya escuché tantas historias de cómo SI voy a fracasar que ni siquiera me acuerdo dónde estaba ese sueño y esas ganas de largarme y empezar de cero.

Si estás pensando en independizarte, te tengo noticias: vas a fracasar. Te vas a equivocar, y vas a llorar, y gritar y te vas a culpar, y vas a querer regresar el tiempo y tomar una decisión diferente. Eso va a pasar. Y puedes ser del porcentaje que se queda ahí, que fracasa y no se da permiso y se rinde. O, puedes ser de aquellos que deciden aprender y volverlo a intentar, de manera diferente.  Hace 1 año abrí mi primer curso: TAROT. Yo estaba muy ilusionada, ya me veía frente a un grupo de personas dando el curso y preparé todo. Nadie se inscribió. Todavía me acuerdo y me da esa sensación de pobre diablez que hace mucho no sentía. ¿Pero qué hice mal? Pues quien sabe. De repente todos los que estaban interesados ya no pudieron tomarlo: FRACASO.  Elegí seguir preparándome, enfocarme en dar más terapias, entender más el tarot, entender que el fracaso sucede y aceptarlo. Tal vez este año abra otro curso, y tal vez llegue 1 sola persona, pero estoy segura que lo que aprendí no lo iba a aprender en ningún cursillo de Harvard sobre tolerancia a la frustración.

Prepárate para fracasar, para que las cosas vayan lentas, para la competencia, para el entorno, prepárate para que esos tacos de carnitas que tu tía dijo que eran los mejores del mundo tengan que tener un ajuste, porque así es, así funciona. Si no estás listo para hundirte y automentarte la madre por haber elegido diferente, te recomiendo dar un paso atrás y repensar tu plan.

Pero ¿qué pasa cuando ya fracasaste, aprendiste y empezaste de nuevo? Ah pues otro miedo, tal vez más fuerte que el anterior: ·EL MIEDO A TRIUNFAR. Y seguro muchos dirán ay por favor ¿cómo tendría miedo a triunfar? Pues si, porque si triunfas, vendrán más retos, dejarás de ser invisible y te convertirás en un “ejemplo”, habrás levantado la vara, te tendrás que esforzar más, porque serás un líder o un ejemplo, serás un competidor al cual alcanzar, porque te vas a tener que levantar más temprano, y chingarle más, porque eso es lo que toca. Y por desgracia, mucha gente no está preparada o dispuesta a dar MÁS.  He escuchado quien dice que mejor un negocio pequeño, que le alcance para comer y ya. Que tal que crece tanto que se le sale de las manos, qué tal que la inseguridad, qué tal que… MIEDO.

Después, otro miedo por el que he pasado es el MIEDO al qué dirán. Que va muy de la mano con el tema del fracaso. ¿qué dirá mi familia? ¿y mi jefe? ¿Qué va a decir el vecino? ¿Y los “colegas” de la oficina? Yo quiero que digan que soy muy fregón y tengo lo que hace falta para triunfar, y lo voy a lograr, para que vean que si puedo, que si se puede (porque si no, qué miedo! Que vergüenza). Cuando renuncié a mi último trabajo, la directora Global con quien hablé un tiempo después casi escupió el refresco al escuchar que iba a renunciar porque (además de ser mamá, lo cual ya es demasiado satanizado) quería ser terapeuta holística. Me preguntó toda clase de cosas en un tono de ¿cómo te atreves? Estás segura que estás bien de la cabeza? Tu tienes un puesto regional, un coche, un sueldo, ¿neta vas a dejar todo por un sueño guajiro de “ayudar” a otros que la pasaron igual o peor que tu? … SI. Y me vale madres (no se como se diga en inglés, así que lo dejé en SI). Si, porque ya me cansé de escuchar las maravillas de ser asalariada y ya nutrí mi ser de intentos variados de convencerme de que está bien cuando todo mi cuerpo y mi corazón me gritan que NO está bien.  A lo largo de estos 3 años mucha mucha gente me ha preguntado que si no siento que desperdicio mi “talento” (what, jamás fui empleada del mes, ni en Mc Donalds!! Jaja), que si no es un desperdicio haber estudiado en el TEC de MONTERREY y ser mención honorífica, que si no me frustra no ser completamente independiente. Si yo hubiera escuchado a toda esa gente, hoy estaría afuera de Rubén Darío tocando la puerta pidiendo volver aunque sea como Becaria de Intendencia. La gente va a hablar, bajo sus criterios y normas de “éxito” cada quien tendrá una opinión y “consejo”. Escucha lo que te sirva y lo que no, suéltalo! La vida es TUYA. El plan o sueño es tuyo. Deja de comprarte los traumas y etiquetas de los de afuera. Deja de poner atención y de invertir energía en el qué dirán.

Aquí viene ooootro miedo: MIEDO A EQUIVOCARTE (diferente a miedo a fracasar), porque equivocarte en tus cálculos, en tus planes, tal vez tu quieres poner tu fonda de carnitas en una zona vegana, yo que sé… y este miedo es directamente proporcional a lo cerrado de tu mente. Yo me estuve peleando conmigo misma como 1 año con el tema de la repostería y la decoración de pasteles. Quiero que sepan que lloré, pataleé, aventé papeles y cosas. Cómo por qué yo me iba a poner a hacer pinches pasteles? Eso que lo haga Chepina o Buddy! Qué crees? Que en el camino, vas a descubrir habilidades que no tenías idea que tenías. Tal vez resulta que eres el MEJOR vendedor del mundo, o un gran negociador, tal vez la planeación y las proyecciones son lo tuyo! Tal vez, y digo, tal vez, eres una bala decorando pasteles. Y por qué apegarte tanto al plan original? Por qué te aterra dar un paso fuera del mapa? Porque te puedes equivocar y eso da mucho miedo. Pero no pasa nada, resulta que la decoración de los pasteles te va a dar ingresos complementarios que te ayudan a seguir alimentando el plan original. Así que… da igual, disfrútalo.

A lo largo de estos 3 años, no soy Bill Gates, ni Steve Jobs, pero soy una mujer más madura, completa, más curtida, más flexible y tolerante, más real. Mis planes se han ido frenando (los he ido frenando) para adaptarme y tener mis ratos libres de mamá, pero cuando se necesita aprieto las tuercas y va jalando. Estoy abierta a muchas posibilidades, no he cerrado muchas puertas, porque no sé que me depare el futuro, no sé a donde me lleven mis elecciones; pero hay algo que si sé: el miedo te va a paralizar, si tu se lo permites; pero también el miedo te va a impulsar, porque es uno de los demonios más obscuros y clavados que conozco, el miedo no va a desaparecer, pero es un gran aliado a la hora de elegir, y sobre todo puede convertirse en energía a tu favor, usa el miedo para empoderarte, identifica qué te detiene, confróntalo, abrázalo, agárralo de la mano y HAZLO.

El otro día leía un artículo sobre los “locos”, sobre como el mundo necesita más locos, más gente que rompa los estatutos sociales, que se atreva a perseguir su sueño, que busque ser feliz y lo intente hasta lograrlo; porque los locos son quienes equilibran al mundo, son quienes retan e inspiran a aquellos que están parados al borde del gran salto, son quienes conflictúan a esos que siguen en el sistema, son aquellos que inyectan de duda, de posibilidades.

Si eres feliz en tu trabajo, si haz encontrado el equilibrio y sabes manejarlo, felicidades. Pero si eres un inadaptado con miles de planes y sueños, que diario despierta frustrado por ir a trabajar, pero tienes un sueño, un plan, una idea… ¡no la sueltes! Hazlo en tus ratos libres, hasta que eso sea más grande que lo que haces hoy. Tal vez tu no saltaste, tal vez te empujaron, y tal vez estás en el limbo, en el vacío; recuerda que todo se origina en la nada.


Se necesita mucho valor para tomar la decisión, se necesita más valor para sostenerla; pero la satisfacción de ver que lo que te apasiona toma forma y esos saltos en el corazón cuando ves que ha valido la pena, no te los paga nadie ni con un sueldo de CEO de una empresa (que no es tuya).