jueves, 1 de junio de 2017

Ser "espiritual" (así es, desde mi perspectiva).


Tenía tiempo tratando de escribir esto, porque creo que existen muchísimos mitos y cosas al rededor de lo que es ser espiritual. Honestamente no cuento con tantos estudios ni cosas que me avalen como para hablar de espiritualidad, siento que me encuentro en el camino y he aprendido y entendido lo mínimo como para atreverme a hacerlo, y pues ya está.

En realidad, pasé los últimos 15 años de mi vida tratando de "pulir" a la Adriana que era para convertirme en algo diferente, esa imagen de persona más centrada, más calmada, con voz serena, con la mente quieta, esa gente que camina por la calle y los árboles la saludan, personas que están en paz con el mundo, y cosas así padres de las películas, pero pues la verdad es que lo llevo fatal. ¿Por qué? bueno, pues en primera porque no me da la vida para hacer mis 3 meditaciones diarias, comer orgánico, cantar mantras tibetanos y hacer yoga (y porque no creo que eso en realidad sea lo que te "ilumina", si no una moda padre que hace sentir mejor a quienes la siguen) y en segunda porque durante estos años he aprendido algo que al menos a mi me funciona: ser espiritual es ser tú, estar en contacto con lo que eres y sentirte cómodo con eso. En realidad eso implica que... la Adriana compasiva, humilde, graciosa, atenta, amorosa, cálida y servicial DEBE darle la mano a la Adriana enojona, peleonera, gritona, poco tolerante, egocéntrica, sangrona, criticona, burlona y chismosa Y no solo eso, si no que también deben caerse bien. Y créanme que lograrlo cuesta y mucho, yo no he podido mantenerlo, de repente veo la luz y de repente me empiezo a pelear con eso de nuevo. ¿Por qué? Pues porque nos han enseñado que debemos ser solamente la parte más luminosa de nuestro ser y alcanzarlo a través de herramientas milenarias o no tanto, pero por fortuna para algunos y desgracia para otros, al tener un cuerpo físico, la cosa cambia y tenemos entonces una bola de cosas empezando por el ego que aparecen y sentimos que debemos trabajar para ser mejores. 

Es decir, todo se resume a que los "espirituales" deben ser personas muy centradas, en postura de montaña, con sonrisa, y sus vidas deben ser perfectas, sus palabras sabias, sus corazones rebozantes de amor y sus pensamientos positivos, pacíficos y sobre todo suaves y ordenados. En el tíbet igual hay algunos cuantos, pero en la realidad, pues las cosas cambian. 

El otro día platicaba con una amiga a la que le doy terapias cada semana, un caso espectacular, ya si me deja, luego les cuento su historia... pero por hoy me limitaré a citarla: "no tengo ganas de meditar ni de estar contenta, quiero estar enojada, y no puedo porque siento que la gente espera otra cosa de mi..." y me identifiqué perfecto con ella. La respuesta que me salió en automático, no se si me la dictaron, o la dijo esa parte de mi que se identificó fue: "deja de comprarte lo que la gente define sobre como debes ser". Y eso nos llevó a que me dijera que había una parte de mi que le causaba "ruido", es decir: ¿cómo esta mujer que viene y me habla del Universo, la expansión, la vida postea en FB cosas irónicas, enojadas, o se muere de risa de los demás, dónde está lo espiritual, que es esa dualidad?" y estoy que se los firmo que esa impresión tiene la mayoría de la gente de mi. 

Hace como 2 años estudié para Angeloterapeuta, y a los pocos meses comencé mi curso de Magia Natural. A mi se me hizo un paso "lógico", o sea, energía, Universo, buena vibra... pero más de 1 personas me dijo que cómo estaba metiéndome en cosas del diablo si ya había empezado con los ángeles. Total que (para variar) ignoré los comentarios, y comencé un camino increíble de auto conocimiento y aprendizaje, y mi alma se volvió más plena y feliz. Hay millones de maneras de contactar con lo que somos, de sanar. Hay quienes me dicen es que necesito un angeloterapeuta que me diga lo que mi angel me quiere decir sobre equis o y tema... es que fulano es super bueno porque te dice tal cosa, o te traduce equis o y, o el oráculo. Y está padre, a mi me gusta que la gente que va conmigo se de cuenta que no necesita intermediarios si lo que busca son mensajes. En mi experiencia acudimos con personas que nos ayudan y guían para descargar, retomar y continuar; pero en mi experiencia también, buscamos gente "espiritual de verdad", gente a la que no vemos reir o llorar, gente que no sabemos si le mentó la madre al del micro que se le cerró, buscamos (o suponemos) que sus vidas son perfectas, porque eso es lo que buscamos en nosotros. Pero eso, no existe. Porque lo que alcanzamos a ver o saber de ellos es solamente lo que es permitido en una relación terapeuta/paciente, lo cual es mínimo, y está bien, pero, estar en este rollo implica compromiso, implica sanar primero TÚ, implica echarle ganas todos los días para ser una mejor versión, o no, y vivir en paz con eso, implica conocer tus demonios y abrazarlos, y para conocerlos hay que liberarlos. 

La verdadera gente espiritual es gente normal. Gente que se ríe fuerte, y que llora más fuerte todavía, gente que es capaz de mostrarse tal cual es, porque se acepta y reconoce de tal forma que no le importa mostrarse vulnerable, la verdadera gente espiritual no tiene vida perfecta, es gente que le tupe todos los días, es gente que sonríe a quien lo necesita, ayuda a quien lo solicita, gente que escucha y ayuda, que regala abrazos, comida, momentos. Claro que si además de eso levita y no come desde 1995 y viste de blanco impecable y habla con toda clase de seres cósmicos, pues chido! pero vivimos una realidad donde nos topamos con gente "espiritual" todo el tiempo, solamente que nuestros juicios y conceptos nos llevan a buscar falsos ídolos que sean mejores que nosotros, para que podamos confiar en que nos pueden ayudar de alguna manera. 

La gente espiritual es congruente, es honesta, es directa, porque su camino tal vez no haya sido sencillo y sabe que no está para seguir permitiendo cosas que los alejen de lo que son. La gente espiritual está en paz con la vida, y vaya que la vida les ha soltado bastantes chingadazos. Esa es la gente que debes buscar, es la gente que no vive desde el ego de "saber más" o haber recorrido un camino equis, o meditar en un segundo, o que te vende su estilo de vida como si fuera mejor que el tuyo. La gente espiritual va aprendiendo, va observando, evolucionando. No solamente comparte frases lindas de superación y autoayuda, las vive. No comparte juicios, es tan valiente que puede echar a la basura todas sus creencias y su concepto del deber ser y volver a inventarse. 

Así que si, desde mi perspectiva, se vale echarle ganas, ser mejor, soltar cosas, pulir otras, pero también se vale disfrutar, se vale ir a tomar tragos, bailar, reir, cantar, se vale no querer meditar, se vale pelear, se vale ir a volar con ángeles y regresar montando dragones; porque de eso se trata el viaje, de sumar a tu experiencia, de aportar lo que tengas que aportar y de divertirte en el camino. 

Si, doy terapias de sanación y si, veo netflix comiendo papitas, me enojo mucho y grito de repente, hablo mucho con Dios últimamente, y tengo miedos, y temas no resueltos, cosas que trabajar y cosas que elijo no trabajar, tengo un cuerpo que a veces se cansa, o se enferma, trato diario de ser una versión más apegada a lo que soy, a veces lo logro y a veces no. Tal vez eso suene incongruente, o tal vez lo sea, pero definitivamente esta dualidad es lo que hay, es lo que se acepta y es lo que se comparte. 

Así que la próxima vez que creas que tu maestro de yoga nunca le da diarrea, o que tu guía de meditación jamás se enoja, te invito a revisar tus conceptos, a atreverte a disfrutarte, porque en realidad todos somos espirituales. Ese momento de plenitud que tienes cuando acabas de terminar una carrera, tu rutina de ejercicio, cuando lograste hacer eso que tanto trabajo te había costado, cuando eres capaz de verte al espejo a los ojos y sonreir, ese instante cuando el de la combi te sonríe y te deja pasar, esa sensación cuando ves el cielo, cuando estás frente a una pintura maravillosa, ese primer trago de café en la mañana, ese abrazo, ese beso, esa manita (o patita) que te despierta, la sensación del agua cuando te bañas, esa mordida de tu postre favorito, ese segundo donde te permites sentir (te), eso también es ser espiritual, porque estás siendo tu en su máxima expresión. 

Y si me equivoco, pues ya estaré repitiendo año, porque lo bailado, lo reido y lo peleado nadie me lo quita. Aho.