jueves, 28 de julio de 2016

El trabajo corporativo (como siempre, desde mi perspectiva).

El otro día fui a Starbucks con Leo en una zona de Oficinas. Estábamos ahí compartiendo un pancito de naranja y un chai latte y en la mesa de al lado se sentó un grupo de personas con sus gafetes y ojos en los celulares, después de echarme ojos de: “hellooooo, estás en una zona de personas trabajadoras” empezaron a platicar. Reconocí esa plática, es época de evaluaciones de medio año y la plática es la misma que tuve durante 10 años en estas fechas; con diferentes personas y en diferentes empresas.

Para efectos de mantener el suspenso, no voy a decir en qué trabajo me pasó que, ni siquiera voy a usar nombres, gran parte de mis contactos en feis son personas que agregué de chamba, seguro se podrán reconocer o saber de quien hablo. Ya de plano si los mata la curiosidad me invitan un café y les cuento los detalles.

Mi primera chamba fue en McDonalds haciendo hamburguesas y de ahí pasé por varios puestos, el último fue una Gerencia de Investigación de Mercados (cambia el nombre según la empresa pero siempre haces exactamente lo mismo), no voy a decir que era un puestazo, faltaban muchos escalones para llegar a ser LA directora del área y ni que decir de la empresa o el mundo. Para ser honesta siempre tuve claro que sería complicado llegar a esos peldaños, y no porque fuera tan burra, seguro si le fregaba si empezaba a crecer muchísimo (o no), en fin, el tema es que mi problema según yo siempre fue la emoción.

No me imagino a la CEO del mundo diciendo: Hemos llegado al final del año, y hemos logrado lo inimaginable, rompimos el récord de venta … pausa… ojos llorosos, voz quebrada y llanto inminente. Y también queremos reconocer a Don Rubén que este año cumplió 50 años trabajando aquí, veamos un video sorpresa… Llanto incontrolable. Bueno solo quiero que sepan que todos y cada uno de ustedes son LA diferencia contra la competencia, su esfuerzo y su labor de todos los días hacen el cambio! Entra música de Queen y yo tirada en el piso de la emoción. O que me hablara Slim para darme feedback y yo: a ver Slim relájate bro, apenas es Julio… basta, basta (lágrimas para lo positivo y las “áreas de oportunidad”, yo lloro igual por las dos). No nací con madera de líder mundial CEO, en fin…

¿Usted cree que en su empresa las cosas son distintas? Veamos hagamos la prueba a ver si se identifica con algo, yo trabajé (sin contar McD en 4 Corporativos) a ver si hay similitudes, por ejemplo; ¿que tal su agenda? Jamás entendí el objetivo de tantas juntas, a nadie le gustan. Juntas para coordinar las juntas, juntas cada semana para ver status, juntas eternas para revisar resultados y ver de quién fue la culpa de que el share cayera 0.002 ppts y tratar de entender de manera integral con todas las herramientas disponibles conectando puntos y “telling a story” (porque si no que oso que no sepas contar la historia haciendo que 847 slides de ppt sean congruentes, no con lo que tu quieres decir, si no con lo que  el líder o cabecilla quiere escuchar). Junta para revisar lo que se va a revisar en la junta, junta para que te digan que si y qué no decir para que no seas visto como un pelmazo pero tampoco como extremadamente intenso. Juntas para darte feedback de la junta. Juntas para revisar información, juntas para quejarse de que haya tantas juntas. No te preocupes, si no puedes entrar te conectas por ccall.

¿Y qué decir de los jefes? Siempre he pensado que mientras más lejos llegas, menos habilidades de pica piedra necesitas, lo que necesitas es aprender a leer a la gente, a conectar, a detectar su potencial, a saber si está o no motivado, a sacar la casta por tu gente, a desarrollarlos y DEJARLOS QUE BRILLEN SIN QUERER APROVECHAR SU CHAMBA PARA COLGÁRTELA.

Tuve de todo tipo de jefes, un hermoso abanico de posibilidades (en un curso me dijeron que los jefes son Karmas o Dharmas, y vaya que si). Tuve un jefe que se fue de la empresa a los 2 minutos que entré y tuve que transcribir un libro de cifras mientras llegaba el nuevo porque no sabían que hacer conmigo (cabe mencionar que había un CD con todo digital, pero que más da jaja), tuve un jefe que me enseñó todo lo que pudo, que me apoyó en las buenas y en las malas, aprendí de estadística, de paneles sensoriales, aprendí que no debes encariñarte tanto con tu jefe, porque eventualmente alguno de los dos se irá (aunque la vida me lo regresó más tarde), tuve un jefe que me maltrató emocionalmente, que pisó mi autoestima y mis ganas de seguir trabajando (y a veces viviendo jaja), tuve un jefe que me enseñó que se puede AMAR tu trabajo y a quienes están ahí incluso a los que más piedras te ponen en el camino, tuve un jefe que creyó en mi a pesar de una pésima primer entrevista y que a pesar de ser caradura me enseñó que una gran persona es inevitablemente un buen jefe, tuve un jefe que era muy serio y se veía muy inalcanzable emocionalmente y logré convertirme por algún tiempo en su amiga, un jefe que hacía bromas, tuve un jefe que me dio chance de irme más días de vacaciones por mi luna de miel y se hizo de la vista gorda con las políticas, tuve un jefe que se convirtió en un compañero de aventuras y un confidente de vida, tuve un jefe increíblemente huevón, de esos que te piden ponerle margen rojo a Excel y letras en cierto color y que al hacerlo te cuestionaba por qué habías hecho eso, un jefe que no tenía vida personal y entonces exigía que tu tampoco la tuvieras, un jefe que se creía psicólogo, un jefe que culpaba a su propio equipo con tal de librarse de las responsabilidades compartidas, el jefe que impone su título de jefe y hace su voluntad, tuve un jefe que me apoyó a pesar de no entender mucho lo que estaba haciendo, un jefe subjetivo, un jefe objetivo… y lo que aprendí de todo eso es que definitivamente eso de ser jefe no debe tomarse a la ligera, si quieres realmente dejar algo positivo en la carrera (o vida) de alguien.

Y no podemos dejar fuera a los proveedores. Los proveedores, no se ni por donde empezar. Reciben toda clase de maltratos mentales, físicos y emocionales. Por todos lados se escucha: lo mejor es estar del lado del cliente, porque el proveedor se chinga y te debe de tratar perfecto o pierde la cuenta, ¡claro! Tu pobre muchacho que pagas 234234234134123 millones de dólares a un proveedor que podría hacerlo por 100 y sonriendo. No estoy segura de que proveedor era el más estresado, y tampoco digo que sean santos, que el cliente la mayoría de las veces se da cuenta de los trucos pero los deja pasar porque ya tiene el pie del de arriba en el cuello. Siempre traté de ser humana y educada con los proveedores, de repente seguro se me salió uno que otro regaño, pero no imagino estar en un lugar con cien archivos de números abiertos con bases diferentes, con levantamientos distintos y saber que NO hay forma de que eso de 100 y que el cliente te diga que así te cueste un blanquillo lo hagas. Imagino a los pobres proveedores preparando las presentaciones mensuales haciendo el “zoom” por cada tiendita que existe en México y que llegues a la presentación y a) no te dejen hablar b) te digan que NO les hace sentido c) te pidan un “zoom” adicional d) te pidan algo que no llevas porque no te lo pidieron pero el cliente se está salvando el trasero y jura por su mamacita chula que si te lo pidió y pues como lo vas a contradecir… y todos se claven como si se les fuera la vida en eso, y saliendo de la junta vayas corriendo a sacar la chamba (o no) y al cliente ya se le olvidó y está pidiéndole a otro proveedor otro análisis, o al becario, que aprenda el chavo. Una vez vi a una jefa gritarle tanto a un proveedor que estoy segura que se le saltó el ojo un poco. Y si , los dos lados deben ser complicados cuando se trata de jugar a eso de trabajar. Aunque también proveedor, todos sabemos que no te lleva 1 mes cambiar el tamaño de letra…

El presupuesto. Oh Dios. A la fecha si hablo de presupuesto se me llenan los ojos de lágrimas y el estómago de ácido. O sea, en la escuela no hay curso de Excel, y te piden un archivo de 345345345 pestañas de números que cuando alguien diga sismo empiecen a temblar. (Seguro algún nerdcillo dirá que ahí está la proactividad de usar mi tiempo libre de vida para tomar cursos de Excel, claro), pero el punto es que los números y yo no somos amigos. En qué planeta alguien pondría en mis manos tales cantidades. Maquillando cifras, rogándole a finanzas (que se quedan hasta la madrugada haciendo cosas de números, gente loca), a los de legal (que se la pasan firmando contratos hechos por NO abogados) y así hasta el infinito. Presupuesto, lo haces mal todos te regañan, lo haces bien.. no, espera JAMÁS estará bien un presupuesto.

La gente. Los “otros” equipos, los compañeros de trabajo. Total que llegas y eres el nuevo, y te integras pues con tu equipo si es que saben que llegaste y tu jefe no se fue de vacaciones 2 años, o también si hay alguien que es ser humano igual que tu y se compadece y te explica cómo sacar llamadas a la calle, la clave de celular, dónde está el baño, cómo funciona la fila del comedor, el ranking de liderazgo social (que normalmente es inverso al liderazgo organizacional), quién anda con quién, de quién te debes cuidar si te saluda, etc… Hay de todo, es como la escuela, incluso es como Mean Girls pero de viejos. Todos le entran, casados, solteros, bonitos y no tanto, buenazas y no, todos juegan en la onda “social”. Salir con los de la oficina y pasarla super bien y así, si no sales que hueva y te empiezan a abrir de todos lados (cosa con la que se puede vivir bastante bien), los grupitos, las becarias super buenas y buscando quedarse, los becarios ñoñitos y listos para sacar cualquier análisis, aprendiendo a mil, pero embriagando a mayor velocidad. Los ancianos que se sienten jóvenes (esto aplica a cualquier mayor de 35, suerte que tengo 34), no digo que los de 35 sean ancianos, me refiero a que luego hay cada ruco o ruca raboverde que solo andan ahí viendo a quién se ligan en la “party” y así… padrísimo. En fin, los grupitos de élite, cerrados, que salen juntos, viajan juntos, la pasan super bien, se hacen amiguis y hasta emparentan a sus amigos de afuera con los de la ofi para hacer pinky promise de estar juntos forever. Los jefes que se quieren hacer super buena onda y salen con el equipo y así padre, los que son ogros y no salen con su equipo porque no vaya a ser que les pierdan el respeto, los que ni se enteran que hay fiesta o salida, los que se quedan en la oficina más tarde para que vean que son super “productivos” (wtf), los sindicatos de trabajadores que se quejan de todo por deporte, los que juegan a aventarse cosas en el pasillo, a bailar, las más guapas que se encelan de las nuevas camadas de becarias más jóvenes, los que de plano si se meten con la nómina varias veces, los que se rien tan fuerte que hacen a más de uno voltear los ojos, los que gritan, los que los callan.

Las asistentes, esas mujeres sonrientes y amables con sus jefes (y algunas contadas con los demás), saben su poder, saben que ellas manejan la agenda y tienen contraseñas que nadie más tiene, ellas pueden destruirte desde adentro. Apartan salas a la velocidad de la luz, encuentran salas faltando 5 min para la junta pero no las encuentran cuando falta 1 mes. Ellas también la tienen en chino, atender a tanta banda y muchos de ellos se sienten “más” porque bueno, juran que su puesto es mejor, pero NOTICIAS… muchas de ellas ganan más que tu sin tener que entrar a esas JUNTAS de flojera que tu si, y saben donde está tu jefe cada instante, cosa que tu mortal no tienes idea. Ellas saben todo, las historias secretas de todo el mundo, los nombres de los de sistemas, te consiguen cosas que jamás creíste poder conseguir (como unos manguitos con salsa si estás embarazada) y pueden ser tus mejores amigas y aliadas o tus peores enemigas, o sea si la asistente de tu área te odia y sacas super evaluación en tu mitad de año, aún así estás frito.

Los de sistemas, esos muchachos que jamás salen a la luz del sol, son como topos que salen de debajo de los escritorios cuando necesitas que te prendan la compu o que si se traba o si le dejas caer una perforadora encima y dañas el disco duro, bueno, ellos lo arreglan. Si eres amigo de los de sistemas, incluso si les sonríes, lo más probable es que seas de los que reciban la primera compu de la nueva generación, que tengas chance de bajar programas “prohibidos” y que cuando necesitas que algún archivo se pierda, pues simplemente no te delatan. Son los más ebrios en la fiesta de navidad, pero hacen bolita entre ellos y la pasan perfecto.

Y las evaluaciones. Benditas evaluaciones. Que si a mitad de año, que si al final, que si de repente necesitas feedback porque andas muy wey, TODO el tiempo eres evaluado. Si hablas más fuerte del tono corporativo, que si hablas más bajo, que si dijiste: NO ESTOY DE ACUERDO a tu jefe, que si no se lo dijiste, que si tus objetivos claros, medibles y accionables (a la fecha no conozco a NADIE que sepa que poner en los 5 objetivos, igual sabes 2, pero no 5; y todos cuando faltan 2 horas para que se cierre el sistema ponen cosas que no piensan ni de cerca cumplir), y el jefe los revisa y bla. Llega medio año y tenga. Una semana antes empiezas a revisar cuáles eran, porque obvio en la chinga no tuviste tiempo de hacer nada. De churro resulta que algunos de ellos medio los cumpliste pero hay unos que ni de cerca. Te sientas con tu jefe, que trae en la cabeza SU revisión, y entonces bla bla y que si es verde, amarillo, que si rojo y aguas, etc… y listo. La buena es la de fin de año, porque ahí no hay vuelta de hoja, lo hiciste o no? Y no necesariamente es que lo hayas hecho si no como lo defiendes, y que tan OBJETIVO o subjetivo sea el jefe en cuestión. Si te trae y cumpliste en crecer el share +90 puntos (porque claro, el share es tu chamba) pero no lo hiciste sonriendo mmmm… o que tal ese objetivo de incrementar el consumo +40% vs hace dos semanas… así te hayas ido a hacerle el super a todo México y hayas hecho a la gente tragar tu producto mil veces más (porque claro, es tu chamba) pues tal vez no fue buena temporada de lluvias, entonces mmmm…. Y así, los objetivos subjetivos y el que la echó todo el año pero la supo defender bien! El que si le chambeo y la supo defender mejor! (ese si seguro va para VP y esas cosas rimbomantes) y finalmente tú, que rifaste, pero no eres tan bueno en la defensa choreadora, RIP.

Y dejé para el final lo mejor, la Investigación de Mercados. Bueno, mmmm no pienso moder la mano que me dio de comer, pero terminaré diciendo: “pídeme  que con un estudio de demuestre que lances tu producto y lo hago, y ahora pídeme que con ese mismo estudio sin moverle nada te demuestre que sería malo lanzar, y lo haría también”.

Trabajar en un corporativo me dejó tanto, que hoy recuerdo con una sonrisa esos momentos, los agradezco y sigo de frente... pero quien sabe, en una de esas resulta que algún día se requiere una CEO sensible, que no le gusten las finanzas pero la lleve increíble con todos y además les lea el Tarot, pues aquí ando.

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